Día 7 Melk Krems

Salimos de nuestro albergue después de un gran desayuno en el buffet y tras recoger todo nos fuimos con nuestras bicis montadas hacia el centro de Melk donde pudimos observar los edificios tan bonitos que hay a la luz del día. 


Después de hacer la parada rutinaria para comprar en el Spar provisiones empezamos la ruta dejando la increíble abadía a nuestra derecha. 

Esta vez decidimos realizar la ruta Norte dejando el Danubio a nuestra derecha en la que pasaríamos por una serie de pueblos aunque el desnivel acumulado sería mucho mayor que el resto de etapas. Porque son una serie de subidas y bajadas por entrar y salir de pueblos, que decidimos que merecía la pena.

Nos encontramos de nuevo a nuestros amigos de Barcelona y estuvimos hablando sobre qué ruta a seguir y yo casi las convenzo de seguir la nuestra pero finalmente siguieron la opuesta Prácticamente sin calentar tuve que volver a coger la bici eléctrica con el carro para subir una cuesta que seguramente tendría más del 20% de pendiente para llegar hasta el puente que podríamos cruzar el Danubio. este esfuerzo tan temprano hizo que me diese un pequeño tirón en la pierna y lo arrastrara todo el día. En ese momento nos encontramos con nuestros compañeros españoles y estuvimos pedaleando unos kilómetros juntos.

 En el otro margen hay un castillo con una ruta de subida el cual no nos motivo demasiado jeje

Después de pasar un primer pueblo con una iglesia muy chula empezamos las subidas y bajadas constantes para meternos en los por fin busca de los viñedos de dónde hacen los vinos más famosos de austria, aunque viniendo de España nada que nos puedan llamar la atención.






Varios pueblecitos con gran encanto con un empedrado que hacía que se despertara la cría piso que la travesía a pesar de ser muy corta fuera muy diversa.



En Willendorf hay una estatua de una Venus que no pudimos ver porque la cría estaba durmiendo y eso es sagrado por nuestra tranquilidad.

Hicimos una parada en el camino : (buscando los parques, es lo que tiene viajar con una peque)


Paramos a comer en Durnstein famoso por ser uno de los pueblos más bonitos de Austria además de tener unas ruinas de un castillo en lo alto de la colina al cual nos subimos y lo cambiamos por un té en un café porque empezó a llover.













 Este fue el principio de la ruta para subir al castillo, 

pero cuando mi queridisima vio que solo eran 4 piedras y la cuesta que se  veia................nos dimos la vuelta.




Después de las cuatro gotas que cayeron se quedó una temperatura la mar de agusto no como el infierno de Murcia y pedaleando con un cortavientos llegamos hasta Krems una ciudad encantadora.


Aunque el momento especial siempre llega a la hora de buscar el alojamiento reservado, en esta ocasión no estaba tan lejos, pero como estaba lloviendo y encima el Gps nos quería llevar por un túnel que no se podía entrar dimos una señora vuelta, y cuando llegamos Irene todavía pensaba en hacer la misma operación e irnos a otro peeeero no, nos quedamos en este hotel que era un pequeño zulo sin casi enchufes y sin cuna de bebe.


Salimos a cenar en taxi y de nuevo la ciudad muerta a las 7. Suerte que había un restaurante abierto con un camarero que un poco más serio y no tendría arrugas jamás.



Lloviendo de nuevo decidimos volvernos en un taxi que por casualidad fue el mismo que nos trajo.





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